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Mostrando las entradas de enero, 2021

CUENTO: "Cruzando el puente" por Delfina González.

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    Cuando Miguel Antonio observó a aquellos niños, pensó en lo absurdo de ver tantos mocosos jugando dentro del colectivo. El griterío taladraba su cabeza, aumentando el cansancio y malestar. Su conflicto interno por tratar de conectar con un padre estructurado y exigente, lo hacia vivir en un constante estrés.  Crecer junto a un hombre tan opresivo, llevó a Miguel a no poder experimentar lo que significaba ser un niño. ¡Ah...los partidos de futbol los domingos! ¡Jugar a las escondidas con Natalia! ¡La merienda mirando He-Man! El viejo aparecía y todo ese placer se esfumaba. Casi cruzando el puente de la ruta seis, oyó muy de cerca las risas irritantes de los pibes. El colectivo dio un violento giro de casi 180°, lanzando a Miguel entre los niños. Al intentar ponerse de pie, uno de los chicos, un morocho de ojos oscuros y risos acaracolados, lo tomó de la mano, invitándolo a participar de sus travesuras. Miguel se sintió encantado de que lo tuvieran en cuenta y se sumó gustoso. Era

RELATO: "La balsa" por Delfina González.

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  1969.     <Papá lastima a mamá.> Eso dijo Sergio, mi hermano. <Le pega, por eso mami llora. El otro día vi cómo le daba patadas en la panza, cuando me vio, me gritó y vine al cuarto. Tuve miedo de que me pegara a mí también. Me dormí y después ella vino a decirme que todo estaba bien y que no me preocupara porque papá estaba un poco enojado pero que ya se le había pasado> No es la primera vez que pasa, pero sí es la primera vez que los escucho. A veces, cuando vuelvo de la casa de mi amigo Javier, encuentro a mamá con los ojos rojos o la boca con sangre, pero él ya no está ahí. Nunca está ahí para que lo vea. Sin embargo, siempre supe que era él, pero nunca digo nada porque soy demasiado menor para que me escuchen, las personas nunca hacen caso a los más chicos. No me gusta ver a mamá llorar, pero me da miedo preguntarle cómo se siente y que se ponga más triste, también me asusta decirle a papá que ya no lo haga, porque podría pegarme con su cinturón como le hizo a Anton