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Mostrando las entradas de diciembre, 2020

RELATO: "Irlanda" por Delfina González.

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    C onocí a Jonathan en una fiesta del colegio. Corría el año 2017 y yo por entonces aún era Alexandra (O al menos ese era el nombre al que respondía). Mi hermana gemela y yo acabábamos de comenzar el cuarto grado y palpitábamos de forma entusiasmada nuestro nuevo hogar en Irlanda. Para ella estar un año fuera significaba alejarse de todos los males que la acechaban y para mi, el comenzar de nuevo en otro lugar, aunque fuese por solo doce meses, me concedía la oportunidad de encontrarme a mi mismo, a quien en cierta forma siempre supe dónde estaba pero me urgía que todos conocieran.  La Alexandra que fui para los demás desde que nací hasta mis dieciséis años, era una chica linda de cabello largo que siempre llevaba los labios pintados de diversos colores y el iluminador en los pómulos que resaltaban sus ojos color miel. Vestía con Sweaters delicados y jeans apretados que resaltaban (algo que mi mamá siempre repetía) una bonita figura femenina; sin embargo, aquella noche de Marzo fui

CUENTO: "Subte, Plaza y Pizza" por Delfina González.

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   C uando Grecia subió al subte,  este se encontraba casi vacío. Solo había cuatro personas además de ella. Eran las siete y media de la mañana y la hora pico en Retiro solía ser desde las cinco a las seis y media, para luego volver a sumar cantidades cerca de las ocho. A esas horas del día, Grecia solía sentirse irritada, como si el sueño le pesase el doble de lo normal. Los ojos le picaban a causa de la mascara de pestañas que tardaba en secar a la vez que sus gafas se empañaban constantemente por el frío y el choque de la calefacción del transporte. Los asientos en fila brindaban poca intimidad, obligando a que uno cruce miradas con extraños igual de cansados que uno. Grecia siempre optaba por evitar dicho contacto visual, prestando especial atención a lo interesante que podía resultar el suelo gris lleno de tierra debajo de sus abrigados pies. Más tarde debería quitarse los zapatos y limpiar las suelas antes de entrar a su puesto de trabajo. Odiaba llamar la atención al dejar ras

CUENTO: "Domingo y recortes estéticos" por Delfina González.

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  -¿Cómo está tu mamá? -Preguntó una señora de edad avanzada, mientras paseaba por la habitación contemplando los diversos carteles de modelos y productos para el cabello. -Está un poco mejor. El otro día encontramos un clavo incrustado en su pie izquierdo. La pobre ni se había percatado, dijo que no sintió nada -Contestó Cintia la peluquera, mientras encendía la radio y acomodaba unas tijeras. Una canción evangélica de estilo pop inundó el lugar y la mujer que merodeaba por el sitio se detuvo frente a él, lo miró con una expresión extraña, casi desconcertante. Por un momento parecía que iba a decir algo pero se limitó a compartirle una sonrisa forzada y luego se sentó a la espera de ser atendida. - ¡Que pena! ¿No la llevaron al hospital? -Preguntó no sin antes mirarlo desde el reflejo del gran espejo colgado en la pared. -Sí, aunque se suponía que desde que le amputaron una de sus piernas, ya no debía pasarle más nada. Pero qué se yo, siempre terminamos encontrándole algo nuevo. Cinti