CINE: Análisis de "Queer" de Luca Guadagnino.
“Una maldición. Ha pertenecido a nuestra familia durante generaciones. Los Lee siempre han sido pervertidos. Nunca olvidaré el horror indescriptible que me heló la linfa en las glándulas cuando la funesta palabra quemó mi cerebro aturdido: yo era homosexual. Pensé en las imitadoras de mujeres pintadas y sonrientes que había visto en un club nocturno de Baltimore. ¿Sería posible que yo fuera una de esas cosas infrahumanas? Caminaba por las calles aturdido como un hombre con una ligera conmoción cerebral. Me habría destruido a mí mismo. Y una sabia reina vieja, Bobo, la llamábamos, me enseñó que tenía el deber de vivir y llevar mi carga con orgullo para que todos lo vieran. El pobre Bobo tuvo un final pegajoso: viajaba en el Hispano Suissa del duque Devanche cuando sus hemorroides se salieron del coche y se enredaron en la rueda trasera. Estaba completamente destrozado, dejando un cascarón vacío sobre la tapicería de piel de jirafa. Incluso los ojos y el cerebro se desvanecieron con un horrible sonido de "shlupping". El duque dice que llevaría consigo a ese horrible "chivato" a su mausoleo.” -"Queer” (1951-1953; 1985) de William S. Burroughs.
“Queer” es una película estadounidense, del año 2024. Dirigida por Luca Guadagnino, escrita por Justin Kuritzkes, protagonizada por Daniel Craig y Drew Starkey, y basada en la novela semiautobriográfica del autor William S. Burroughs.
Ambientada en la ciudad de México durante la década de los años 1950, la historia sigue a William Lee, un hombre expatriado de mediana edad que pasa sus días bebiendo en bares, mientras conversa con algunos conocidos. A pesar de su sociabilidad, él es un hombre solitario, que tras la llegada de un joven llamado Eugene Allerton, experimentará lo que significa conectar profundamente con otro ser humano.
“Queer” es una película que no podría encasillar en un solo género, en las portales de internet figura como un drama romántico, pero considero que es una película que bebe de muchas categorías como para clasificarla en una en particular, así que eso lo voy a tener en cuenta como algo más libre, con relación a la consideración de cada espectador.
Arrancando desde el comienzo, la película se compone por tres capítulos y un epílogo, los cuales son diferentes los unos de los otros. Es decir, la primera parte es totalmente diferente a la tercera, a pesar de pertenecer a una misma historia y seguir un hilo argumental. La experiencia que uno como vive es muy diversa a lo largo de todo el desarrollo.
La cinta inicia con William, al cual vemos ir y venir de un lugar a otro, bebiendo, conversando y coqueteando con otros hombres, pero a su alrededor siempre percibimos un aura de soledad y un dejo de marginalidad y melancolía. Este hombre bastante sinvergüenza en su actitud, descarado y pícaro en su andar, es también un sujeto realmente patético, William es un hombre que se encuentra a un paso del abismo físico, mental y emocional.
William es una persona necesitada de amor y compañía, y es por eso que lo presenciamos insistentemente en busca de algo que llene el vacío que tiene en su vida. Lo vemos rodeado de gente en varias ocasiones, pero en realidad, en el fondo, él está completamente solo y desahuciado, es un sujeto en búsqueda de aquello a lo cual pueda aferrarse. Siente con intensidad porque con dicha intensidad anhela.
El primer (y crucial) encuentro con Eugene, lejos de parecerme un momento tierno y delicado, como suele suceder en las historias de amor, me resultó movilizador y salvaje, puesto que en esa escena, vemos a William caminar durante la noche, y ver a través de una pelea de gallos a un hombre de anteojos, joven, pulcro y hermoso, con el cual cruzan miradas para luego alejarse, todo esto acompañado por la icónica canción “Come as You Are” de Nirvana. A mi parecer uno de los mejores momentos de toda la cinta.
“Lee observó las manos delgadas, los hermosos ojos violetas, el rubor de excitación en el rostro del muchacho. Una mano imaginaria proyectada con tanta fuerza que parecía que Allerton debía sentir el toque de dedos ectoplásmicos acariciando su oreja, pulgares fantasmales alisando sus cejas, apartando el cabello de su rostro. Ahora las manos de Lee recorrían sus costillas, el estómago. Lee sintió el dolor punzante del deseo en sus pulmones”. -"Queer” (1951-1953; 1985) de William S. Burroughs.
Si hay algo que Luca Guadagnino sabe demostrar en sus películas, es la belleza que hay en la cercanía de los cuerpos, especialmente, en la manera de representar el cuerpo masculino. Desde “Call Me By Your Name” (2017) hasta “Challengers” (2024), este director tiene un modo de expresar por medio del físico humano, toda la belleza que hay en lo erótico y en las emociones de las personas, y creo que en “Queer” lo lleva incluso a un punto más allá, porque es más descriptiva que todas sus cintas anteriores, lo cual está bien aunque nunca le hizo falta mostrar demás para lograr sus objetivos, sin embargo, creo que todas las escenas entre los personajes principales, están bellamente capturadas.
El segundo capítulo, se centra en el viaje que ambos emprenden para hallar la droga que, según William, podría ayudarlo a conseguir el control de las mentes por medio de la telepatía.
Si bien este es el propósito del viaje, el segundo capítulo desarrolla los primeros sucesos de tal travesía, tales como ellos en la playa, bebiendo, teniendo relaciones, y en especial, se encarga de darle lugar a los efectos que tiene las adicciones a las drogas en William, quien físicamente sufre mientras Eugene cuida de él.
Hay algo en concreto que se encuentra en esta parte de la película, que me resulta muy particular en cuanto a la subjetividad y los conflictos internos que abundaban en William. Todo lo vemos por medio de él, siempre es a través de sus ojos, sentimos por medio de su persona y experimentamos lo que él experimenta, y creo que ese mismo punto de vista es el que nos lleva a ver a Eugene de una manera más fría y distante, casi indescifrable ¿Él ama también? ¿Él siente? ¿Realmente tiene algún tipo de cariño hacia William, o solo gira a su alrededor sin preocupación ni compromiso alguno? Bueno, pienso que esta misma perspectiva tan alejada y remota del chico, se da porque es así cómo William se siente con respecto a él.
Al principio tenía ciertas dudas en relación a este pensamiento, sin embargo, hay una escena en particular donde ellos, luego de haber tenido intimidad, William intenta acercarse y Eugene lo aparta con brusquedad, dando paso a que el protagonista dé todo un sermón sobre cómo debe verlo y percibirlo, como un hombre mayor, ridículo y acabado, momento que lleva al chico a reclamar que estaba siendo injusto. Este suceso junto a otro momento en el cual, William le pregunta si él disfruta del sexo, necesitando o quizás deseando también un indicio de correspondencia, son aspectos que ayudan a comprender el modo que tenía de mirar el panorama y su relación con Eugene. A pesar de todo lo sucedido y adorándolo con tal ímpetu, el hombre aún no se sentía del todo seguro de la imagen que el muchacho tiene de él.
Hay una frase que me encanta, que dice que en una relación siempre hay una persona que ama más que otra, y creo que visto desde el ojo de William, podría ser cierto, sin embargo, en este caso creo que las personas tienen modos diversos de querer, porque los seres humanos de por sí somos distintos los unos de los otros. Y este aspecto me lleva directo al tercer capítulo de la película.
La tercera parte gira en torno a toda la experiencia que los dos hombres viven en la jungla, durante su búsqueda de la droga y todo lo que conlleva hallarla.
Cuando anteriormente mencioné que los capítulos en “Queer” son diferentes entre si, me refiero especialmente a este, porque es el fragmento de la cinta en particular el que rompe o quizás busca maximizar la experiencia del espectador.
A lo largo de la cinta, William Lee expresa sus ganas de conseguir una droga llamada “Ayahuasca”, la cual describe como un medio para conseguir el potencial que permitiría la obtención de la telepatía, aspecto que él como adicto estaba deseoso de comprobar.
Todo lo que sucede en este episodio es similar a un viaje, muy extraño, un poco desconcertante, por momentos incómodos y por otros bizarros. Principalmente me gustaría destacar un momento que fue mi favorito de toda la cinta, y que también me va a ayudar a argumentar mi subjetividad con respecto a la postura de Eugene en toda la historia.
Luego de esto, Eugene aclara su deseo de regresar, y es por eso que se van, creo que esto mismo, esa expresión en sus ojos y esa distancia definitiva en relación a esa conexión carnal y espiritual que se había dado entre ambos la noche anterior, fue la que acabó por alejar del todo al muchacho. Quizás (y siempre aclarando que esto es según mi interpretación), Eugene experimentó de tal manera esa unión que se abrumó hasta distanciarse debido al efecto.
Entre Eugene y William había una clara diferencia de edad, pero esto no era el problema que radicaba entre ambos, aquello que inhibía a que los dos hombres pudiesen tener una relación, era el mismo William, un sujeto desastroso, marginal, ridículo y casi acabado, y pienso que esto fue lo que alejó por completo al muchacho. No es que no lo quisiese, sino más bien, se debía a que era demasiado complicado querer de lleno a un hombre tan autodestructivo, y creo que es la razón por la cual, el mismo William no insiste ante el chico, porque él siempre fue consciente de dicho obstáculo.
La película termina con un epílogo que da un salto temporal de dos años, en el cual vemos a William conversar con un amigo, en el mismo bar de siempre. Allí, él pregunta sobre algunas personas hasta saber de Eugene, y al conocer su destino (el chico estaba en Sudamérica con un coronel), la cinta pasa a toda una secuencia de ensueño surreal donde vemos escenas extrañas, donde le pega un tiro en la cabeza a Eugene (final que tuvo su propia esposa), hasta terminar como un anciano, acurrucado en su cuarto de hotel, mientras la joven imagen de su amado lo abraza por la espalda mientras enlaza sus piernas con las de él, finalizando la cinta.
Bueno, creo que la escena del disparo en la cabeza, representa el final de la relación, donde se da por extinto ese vínculo entre ambos. Eugene muere (no literalmente) en su vida, si bien tiene sus recuerdos, ya no está físicamente junto a él, ahora es un sujeto que se distanció por completo y no se encuentra presente a su alrededor, acabando de perderlo.
Por otro lado, la escena final (otro de mis momentos preferidos), de él siendo un anciano, recostado mientras el cuerpo de Eugene aún como ese joven que él recordaba, lo abrazaba, representa cómo a pesar del tiempo el muchacho persistía en su memoria, sin poder olvidarlo. William, desde el principio amó ese deseo y ese anhelo de conexión, y así lo hizo hasta el final.
Con respecto a todo el aura surrealista que rodeó a la cinta, leí en varias críticas que fue el aspecto que menos les gustó a la mayoría, y si bien entiendo perfectamente el por qué, la verdad es que a mi me gustó mucho.
El nivel de surrealismo en la cinta es creciente, es decir, comienza con sutilezas, hasta ahondar en ello hasta el final. Los momentos donde William está con Eugene, mientras su imagen casi espiritual sale de su cuerpo para tocarlo, expresan a la perfección el deseo que este personaje sentía por el otro hombre.
Sinceramente no creo que la película desentone, con respecto a la relación de la historia y la decisión de implementar este movimiento artístico, más bien, creo que aportó expresividad no solo a la hora de contar, sino también acompañó al modo que tenía de ver la vida nuestro protagonista. Por eso creo, que la decisión de aplicarlo, me pareció una decisión inteligente.
Para terminar, no puedo dejar de escribir sin antes mencionar dos cosas. Por un lado, esta es sin dudas la película más compleja (y rara) de Guadagnino, me gusta que él como realizador se tome la satisfacción y la libertad de realizar sus películas según sus gustos, siendo tan diferentes entre ellas (“Challengers” se estrenó este mismo año, y es un mundo muy distinto al de “Queer”), así que celebro mucho esto en su cine. Y por otro lado, Daniel Craig está maravilloso. Al igual que muchos, yo también crecí viéndolo como el agente 007, y mirarlo en este personaje tan alejado de James Bond, me resultó muy enriquecedor. Él es el centro de esta cinta, y siempre lo seguimos a él, toma la batuta con dignidad y nos dirige en este viaje de una manera ilustre.
Comentarios
Publicar un comentario