LITERATURA: La teoría de la clase ociosa en "La edad de la inocencia" de Edith Wharton.

 

La edad de la inocencia, escrita por Edith Wharton, es una novela que representa la sociedad neoyorkina a finales del siglo XIX. En ella se retratan las diversas costumbres sociales que se tenían en aquel entonces, como por ejemplo los temas de conversación, los espacios (como las casas, las fiestas o actividades), así también como la vestimenta. Analizaremos algunos de éstos aspectos al vincularlos con el capítulo VII de La teoría de la clase ociosa de Thorstein Veblen, vinculado a la vestimenta como muestra del status social.

En el texto de la teoría de la clase ociosa, se plantea que la vestimenta en las personas, ya sea en los hombres como en las mujeres era un asunto de mucha relevancia. La teoría plantea que el precio y el aspecto de las ropas que se vestían, representaba no solo un status sino también un nivel de respeto hacia quien portaba dichas prendas, textualmente dice <Un traje barato hace a un hombre barato> Alegando que según la apariencia, se le otorgaba el valor a la persona.

En La edad de la inocencia esto se refleja constantemente, debido a que al representar a un sector social burgués, la apariencia es un tema recurrente entre sus personajes. Uno de los más mencionados en este aspecto es Ellen Olenska, quien podríamos considerar como una mujer “marginal” en la historia, con respecto a la opinión que los demás formaban de ella.

En el capítulo III, May menciona como excusa por la ausencia de Ellen en el baile, lo inadecuado que era su vestido para ese tipo de ocasión. Aquí vemos un aspecto que se menciona en la teoría, sobre lo necesario que era tener el atuendo adecuado en cada ocasión, pues eso significaba un nivel de superioridad que elevaba a la persona, exhibiendo la proporción del gasto invertido. En palabras textuales dice:

“Esta necesidad espiritual del vestido no es, por entero ni siquiera de modo fundamental, una propensión ingenua a la exhibición del gasto”

Pero el simple aspecto del vestido no solamente reflejaba la suma gastada, sino también, demostraba que la persona no tenía problemas económicos, presumiendo el valor social al mostrar que la persona, ya sea hombre o mujer, no se veía obligada a ganarse la vida.

En el capítulo V de la novela, se narra una conversación entre personajes como, Mr. Jackson, Mrs. Archer y Janey, donde hablando sobre la condesa Ellen Olenska, recuerdan con desaprobación, el vestido que utilizó en su fiesta de sociedad.

“Pobre Ellen –dijo con sencillez, y agregó compasiva-: No debemos olvidar la excéntrica educación que le dio Medora Manson ¿Qué se puede esperar de una muchacha a la que se permite usar raso negro en su baile de presentación en sociedad?

-¡Ah, no voy a recordarla con ese vestido! –dijo Mr. Jackson, y agregó-: ¡Pobrecita! –En el tono de quien, disfrutando con el recuerdo, en su momento había entendido perfectamente lo que aquel espectáculo auguraba”

En esta cita se refleja lo que escribe Veblen la teoría, sobre que nada se siente con tanta fuerza, como la sensación de no llegar al patrón fijado por el uso social en materia de vestidos.

Otro aspecto a tocar brevemente son las actividades, al igual que con la vestimenta, el ser visto en público en determinados eventos o el llevar a cabo grandes fiestas, era también indicio de que la persona no poseía problemas económicos ni debía preocuparse por ellas, permitiéndose lujos que no suponían ser un dilema, más bien afianzaban su imagen burguesa ante la opinión social. En el capítulo III de la novela dice:

“En realidad, daba su baile en una noche de ópera para demostrar que estaba absolutamente por encima de las preocupaciones domésticas, y que poseía un equipo de sirvientes competentes que atendían todos los detalles en su ausencia.”

En La edad de la inocencia, se nos presenta una sociedad movida a raíz de las apariencias, dar una buena imagen era crucial para la aceptación de quienes los rodeaban, el consumo y su uso en aspectos “correctos”, tenían el poder de exaltar a la persona por encima de cualquier otro atributo personal de relevancia, debido a que el valor se otorgaba a aquellos que más podían demostrar en materia de consumo.