CINE: Tres cortometrajes emblemáticos en la historia del cine.
"Antoine et Colette" (1962) dir. François Truffaut.
Luego del final en "Los 400 golpes", "Antoine et Colette" lo muestra ya convertido en un adolescente de diecisiete años, el cual experimenta su primer enamoramiento mientras se esfuerza por llevar una vida de total independencia.
"Antoine et Colette" fue realizado por el director, para formar parte de la película antológica "El amor a los veinte años" estrenada en el año 1962.
En este corto, se explora el amor no correspondido, la decepción y la incertidumbre que experimentamos al enfrentarnos ante una persona que no siente de la misma manera que nosotros lo hacemos.
Aquí, Antoine es un niño tratando de ser un adulto, él disfruta de su trabajo, comentando sobre lo que hace y sus gustos en el arte con orgullo, sin embargo, su aspecto joven y su inexperiencia amorosa lo dejan en evidencia ante la vulnerabilidad que le provoca el querer a alguien.
Este un relato de treinta minutos que sirve como un fragmento importante en la vida del personaje. Particularmente me gustó la representación de Colette, callada e indiferente todo el tiempo, reflejando a la perfección la contrariedad ante la situación que estaban viviendo ambos. Por un lado, Antoine era atento, buscaba encuentros en común y estaba al pendiente de mantener una cercanía constante, mientras que ella, se mostraba distante y puramente amigable ante él dejando en claro, la no correspondencia hacia el chico.
“Sherlock Jr.”  (1924) dir. Buster Keaton.
“Sherlock Jr.” (o “El moderno Sherlock Holmes” en español) Es una película muda del año 1924, dirigida y protagonizada por Buster Keaton.
La historia sigue a un joven proyeccionista de cine, que obsesionado con el personaje Sherlock Holmes, aspira a convertirse en un detective, hasta que un día se encuentra dentro de una de las películas que proyecta, donde deberá proteger a su amada de unos peligrosos rufianes.
Este es uno de los films más importantes dentro de la filmografía del histórico genio Buster Keaton, y la tenía en mi lista de pendientes hacía mucho tiempo. En ella, encontré una película adorable, divertida y muy creativa (lo cual no es de sorprender, cuando de Keaton se trata).
No tengo mucho para decir al respecto, creo que la simple presencia de Buster en la pantalla, acapara toda la atención del espectador. A pesar de su rostro casi inexpresivo (marca personal de este maravilloso artista), es imposible no seguirle el paso con la mirada durante todo el desarrollo de sus cintas. Él era magnético, increíblemente divertido y acogedor al mismo tiempo.
Esta película en particular tiene escenas preciosas, tanto en momentos de acción corporal, como también en los que se centran en el romance.
Me encanta la referencia al personaje literario de Sir. Arthur Conan Doyle, porque viendo esta película 100 años después de su estreno, es hermoso ver a dos figuras tan importantes dentro de la cultura mundial, como lo son Sherlock Holmes y Buster Keaton, fusionados en un solo lugar.

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